Identifican técnicas y competencias a seguir por los magistrados
Dominio de estas habilidades es vital para la reforma laboral
Labor.
Jueces asumen papel protagónico en avance de reforma laboral.
Jorge Toyama Abogado (*)
La Nueva Ley Procesal del Trabajo ya está vigente en seis distritos judiciales del país y desde este año regirá en varios más, introduciendo cambios sustanciales a los que deberán adecuarse no solo los abogados litigantes, sino también los magistrados.
¿Qué desafíos enfrentarán los magistrados con esta norma? Si fuéramos jueces, ¿cuáles serían los retos, habilidades y competencias que exigirá tener esta norma?
En la nueva ley, los magistrados son los gestores o directores del proceso y ello supone una serie de competencias y habilidades que deberán tener y/o desarrollar. Seguidamente detallamos, desde nuestro punto de vista, los seis más importantes aspectos a tener en cuenta.
Teoría del caso.
Por cada proceso judicial, los magistrados deberían preparar una teoría del caso, que no es otra cosa que la estrategia o plan sobre cómo llevar adelante la diligencia. No solo las partes deben tener una teoría del caso.
Los hechos, las materias controvertidas, las pruebas respectivas y el sustento legal deben estar claramente determinados antes de cada audiencia de conciliación o de juzgamiento.
No cabe la improvisación. La preparación es la clave para el conductor del proceso laboral.
Técnicas en el manejo del conflicto.
La justicia oral requiere que los jueces tengan y desarrollen habilidades para el manejo y la solución de conflictos, que puedan prever cuáles son los mejores y peores escenarios para las partes, así como crear un ambiente adecuado para arribar a acuerdos, o aceptar sus resoluciones y llegar a los problemas e intereses comunes (dejando de lado los conflictos entre las personas y las posiciones, respectivamente).
Para ello, un magistrado debería desarrollar sus habilidades para una escucha activa en las audiencias, cuidar de su lenguaje verbal –y también del no verbal– y, en general, todas las habilidades de un conciliador, tratando de buscar un debate creativo y encontrar los escenarios que generen satisfacciones mutuas para las partes.
Comunicación.
La justicia oral es comunicación. Los magistrados laborales deben ser buenos comunicadores, pero no hacer cualquier comunicación, sino que ella debe ser persuasiva teniendo en cuenta el tono, el lenguaje y la conducta no verbal.
Todo lo desarrollado por un magistrado en su teoría del caso debe ser comunicado adecuadamente para ser comprendido.
Ello exige que el juez exponga con coherencia y razonadamente todo aquello que haya planificado para las audiencias.
Como observamos, la justicia oral trae nuevos retos para los jueces. Tenemos mucha esperanza en esta justicia oral.
Estamos convencidos de que los magistrados especializados en laboral tienen todas las condiciones para convertirse en conductores eficaces de la reforma laboral.
(*)Profesor Universitario.
Agradezco a mis amigos del Área Laboral de Miranda & Amado por las sugerencias
Otros aspectos
Un debate oral exigirá que el juez tenga inteligencia emocional, entendida como la capacidad de conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación y gestionar las relaciones, lo que significa, como ya lo dijimos, que sea un conocedor del manejo de situaciones conflictivas y de crisis. Ello supone que el juez debe desprenderse de sus prejuicios y perturbaciones personales actuando en forma imparcial y objetiva; esto es, tener una conducta adecuada para cada momento del juicio, no solo porque las audiencias son públicas y grabadas, sino especialmente porque el juez debe tratar de llegar a conciliaciones y sentencias justas.
El juez es el eje de la reforma laboral procesal y debe tener cultura para conocer y "estar al día" no solo en el conocimiento de las normas y criterios jurisprudenciales, sino en conocimientos adicionales a "lo legal": ser un hombre y mujer de bien, con cultura general, con ética y moral, con desafíos para mejorar su práctica diaria. La justicia oral exige jueces dinámicos, innovadores, creativos. Y todo esto no se logra sin conocimientos adicionales.
Entorno. No debe un juez dejar de conocer el perfil de las partes, así como de las empresas y las estrategias que cada una de ellas emplea (desde las generales hasta las particulares, como la designación de cierto tipo de testigos). Los tiempos procesales cortos hacen necesario contar con esta información antes de cada audiencia clave.
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